· El fragmento de papiro griego 7Q5 de la Cueva 7 de Qumrán ·

 


· Papiro 7Q5 · Papiro 5 de la Cueva 7 de Qumrán · s. I d. J.C. ·
· Imagen fotográfica, adaptada por el editor, del original 

«Poco menos de diez años después de «uno de los descubrimientos paleográficos más  importantes de la historia moderna» , a mediados del mes de febrero de 1955, cercana a las cuevas ya descubiertas en los alrededores de las ruinas del asentamiento esenio de Qumrán, “en la costa noroeste de mar Muerto”, se descubrió y excavó la Cueva 7 (7Q). Lo singular de los materiales encontrados en ella, la distinguen nítidamente del resto de cuevas descubiertas y exploradas. Y así encontramos que:

.- Aunque al igual que en otras cuevas fueron halladas jarras de cerámica y fragmentos  de otras, sólo en la Cueva 7 se encontró una tinaja - de las dos y fragmentos de otras que había- que presentaba grabado dos veces el nombre, “Rumah”,“Roma”, en hebreo.

.- Los fragmentos de papiro encontrados en la Cueva 7 presentaban la particularidad, única en la casi totalidad de los manuscritos hasta ahora encontrados en otras Cuevas de Qumrán, de estar escritos “sólo en griego” y no en hebreo o arameo como la inmensa mayoría de textos. Se suma a ello que estos papiros sólo están escritos por una cara, y no por las dos, lo que define que se trata de fragmentos de rollo y no de códice, que estaban escritos por las dos caras. Este dato, ser fragmentos de rollo, atestiguaría la antigüedad de los mismos: anteriores al año 80 d. J.C., pues fue en torno a esta fecha que se dio “el paso del rollo al códice”.

En un primer momento, cuando la Cueva 7 estaba siendo explorada, en 1955, bajo la dirección del arqueólogo beduino del Departamento de Antigüedades de Jordania Hassan Awad, los restos de textos en griego hallados “fueron provisionalmente atribuidos” a la Biblia griega, Biblia Septuaginta, Biblia de los Setenta o abreviadamente, LXX.

Esta adscripción estaría avalada por “la identificación de los fragmentos 7Q1 y 7Q2, con Ex 28:4-7 y Jer 5:43-44 respectivamente”, publicada en la primera edición de la obra “Discoveries in the Judaean Desert: Volume III. Les 'Petites Grottes' de Qumran” de M. Baillet, J. T. Milik, y Roland de Vaux, en 1962.

Se dejaba entrever, como una posibilidad, que los fragmentos 7Q3, 7Q4 y 7Q5 pudieran corresponderse también con pasajes bíblicos, y quedando los 16 restantes, del total de 21, sin ser determinada su identificación.»

«La identificación de los fragmentos de papiro de la cueva 7 tendría un impulso, de repercusiones internacionales, cuando el sacerdote jesuita español José O’Callaghan Martínez (1922-2001) publica en 1972 sus artículos “¿Papiros neotestamentarios en la cueva 7 de Qumrân?   en la Revista Bíblica, Vol. 53, N.º 1, “Un fragmento del evangelio de san Marcos en el papiro 5 de la cueva 7 de Qumrân”, en la Revista Arbor, Tomo LXXXI, N.º 313, y poco después, en 1974, “Los Papiros Griegos de la Cueva 7 de Qumrân”,   en los que presentaba “sólo como una teoría o hipótesis” su “estudio”, sus “diferentes trabajos realizados sobre los papiros de la cueva 7 de Qumrân”, identificándolos como “textos neotestamentarios” y poniendo, humildemente, a consideración de sus colegas, tal tesis.»

«Esta es la transcripción que del texto del fragmento de 7Q5, realiza O’Callaghan. El texto entre corchetes es la “integración”, es decir, el posible texto que, según el profesor, falta:

«Y esta sería “la traducción literal” al castellano que presenta O’Callaghan:

«52 [pues no se habían dado cuenta] sobre [los panes, sino que] el [corazón] de ellos estaba embotado.53 Y habiendo hecho la travesía, [llegaron a] Genesaret [y desembarcaron].»

«Con todo, hoy en día, como desde el principio de su presentación, la hipótesis de la identificación neotestamentaria de O’Callaghan sobre el fragmento 7Q5 tiene enfrente de ella muchos de los sectores de la exégesis bíblica, entre ellos los críticos textuales Kurt Aland, Bruce Metzger, el biblista Joseph Fitzmyer y el profesor Julio Trebolle. También del escritor, filólogo e historiador Antonio Piñero...»

«Por contraparte, a favor de la identificación del jesuita español, la firme posición de los papirólogos más destacados: Orsolina Montevecchi, C. P. Thiede, Hunger, Marta Sordi y Daris, entre muchos otros.

El profesor Herbert Hunger, de la Universidad de Viena, decía respecto a los ataques de algunos biblistas contra la identificación del 7Q5: “No soy religioso, ni soy biblista, soy científico. Y como científico puedo decir que, desde el punto de vista estrictamente papirológico no hay debate posible: O´Callaghan tiene razón”.

Es preciso reseñar aquí que en el debate que durante muchos años siguió a su propuesta, ocasionalmente amargo por su falta de corrección hacia su propia persona, J. O’Callaghan siempre supo mantener una distancia serena y ecuánime.

Concluimos este pequeño ensayo refiriendo la petición de C.P. Thiede en su obra
¿EL MANUSCRITO MÁS ANTIGUO DE LOS EVANGELIOS? El fragmento de Marcos en Qumrán y los comienzos de la tradición escrita del Nuevo Testamento”:

“En las próximas ediciones Nestle-Aland, del Greek New Testament, igualmente que las otras traducciones de Nuevo Testamento griego, se tendrá que integrar necesariamente el 7Q5: como testimonio textual más antiguo y además como documentación de las dos variantes, de la mutación genética d/t y de la omisión epi ten gen. Además de esto, se hace necesario que el 7Q5 sea incluido en los catálogos de papiros neotestamentarios.”» *

*Extractos de la publicación "·7Q5 · Evangelio según Marcos ·" publicada por H.T Elpizein en "Escritos del Cristianismo Primitivo" y en "Academia.edu".